sábado, 15 de agosto de 2009

Definición con ejemplos

Me doy cuenta de que la terminología que aporté ayer sobre disfasia muchas personas no estarán acostumbradas a oírlas. Es por ello que voy a hacer una pequeña explicación de la misma.
Para empezar en los primeros meses de vida es difícil saber qué va a ocurrir porque todavía no se ha hecho patente. Ocurre que hasta que el niño/a no empieza a hablar no comienzas a darte cuenta de que existe un problema. En mi caso, mi hijo pasó por un período de desarrollo lingüístico normal en los primeros meses.
Con ello me refiero a que desde el nacimiento hasta los 6 meses, los bebés hacen gran cantidad de ruido. Ellos chillan, gruñen, rugen y gritan. También arrullan, lo que posteriormente se convertirá en vocales.


De los 6 meses hasta los 10 meses, producen sonidos más complicados llamados balbuceos. Las primeras consonantes pueden ser combinadas con las vocales para hacer sílabas. Pronto, añaden otras consonantes.
Existe una relación muy cercana entre los padres y el bebé estableciendo una forma de hablar muy particular, en la que madre e hijo pueden conversar aunque no exista un lenguaje real todavía. Además ocurre que la forma: su tono, ritmo y pausa hacen de estas conversaciones el momento ideal para que el niño/a emita sus sonidos.

A los 12 meses, la mayoría de los niños pueden producir 3 o 4 palabras, y comprender entre 30 y 40.

Es a partir de aquí donde nos podemos ir fijando si realmente se está dando el proceso adecuado o no.

Si el niño/a va adquiriendo palabras nuevas o si por el contrario ha aprendido 2 o 3 y se ha quedado ahí parado. En este momento es conveniente comentar el proceso de desarrollo al pediatra, que será el encargado de supervisar lo que anda correctamente y lo que no.

A modo de ejemplo puedo decir:

Mi hijo con 16 meses aproximadamente decía tres o cuatro palabras: papá, mamá, agua y jamón. Hasta los 24 meses permaneció con el mismo vocabulario y a ello se le sumaba las pocas horas de sueño. Ha sido siempre un niño que no ha descansado correctamente. Se levantaba cada hora con pesadillas y con la inquietud de no saber qué le ocurría porque no sabía expresarse.

Lo llevé varias veces al pediatra pero lo consideraba normal. Sólo me decía que era muy pronto para anticipar nada y que podía estar dentro de su período de desarrollo.

Pero yo sabía que le ocurría algo. A los 2 años y medio saltó la voz de alarma y me mandaron hacerle muchas pruebas.

Empezamos con en el neurólogo que nos mandó realizarle un TAC. Los problemas del lenguaje no se aprecian en este tipo de pruebas. Pero a ello se le sumaron otros síntomas como ordenar y poner en fila los objetos y juguetes y la falta de juego simbólico correcto, dado que no tenía el lenguaje para llevarlo a cabo.

Es en este momento cuando la psicóloga tiene que descartar si el problema va como TEL o como TGD (autismo, asperger…), porque estas características confluyen en ambos.

De todas formas os dejo aquí un vídeo muy interesante sobre los primeros meses de vida.

No hay comentarios: